PROTOCOLO DE CIRCUITO RÁPIDO PARA PACIENTES CON SÍNDROME DEL DOLOR REGIONAL COMPLEJO
Datos generales
Experiencia en el área de tratamiento clínico.
Consorci Sanitari del Maresme
Cataluña
Barcelona
Autor/es:
Raquel Maroto-Rodríguez, Nieves Allué Fernández, Guillermo Castellani, Isabel Fábregas Blanco
Descripción
Ámbito en el que impacta la experiencia: Hospital
Áreas y/o niveles asistenciales implicados: Especialidades
Área de especialidad médica:
Público al que se dirige: Profesionales sanitarios
Tiempo de desarrollo: Más de dos meses
Objetivo y necesidad que cubre:
Este protocolo se ha diseñado para optimizar el abordaje del Síndrome de Dolor Regional Complejo (SDRC), priorizando la detección temprana y la reducción de intervenciones invasivas innecesarias.
Desde la perspectiva de Rehabilitación, este protocolo aborda la necesidad de asegurar un diagnóstico precoz y un enfoque multidisciplinar que permita una intervención temprana orientada a la restauración funcional. De esta forma, se logra un mayor control de la intensidad del dolor y se promueve la instauración de terapias de activación gradual de la corteza sensitivomotora. Estas medidas son capaces de revertir las alteraciones del sistema nervioso central a largo plazo, evitando secuelas permanentes.
Nuestro objetivo es NO HACER aquellas acciones que la evidencia ha demostrado perjudiciales para la recuperación del SDRC:
• Evitar el retraso en el diagnóstico y el inicio del tratamiento multimodal (farmacológico y no farmacológico).
• Prevenir la descoordinación entre los servicios médicos implicados, asegurando una adecuada implementación de los tratamientos disponibles.
• Evitar la rehabilitación pasiva o agresiva en fase aguda, priorizando la funcionalidad de la extremidad.
• Asegurar un control adecuado del dolor, evitando la interrupción o demora en el tratamiento de rehabilitación.
• Evitar la actitud pasiva del paciente, fomentando su implicación activa en el proceso de recuperación.
A través de un diagnóstico inicial, se valora la funcionalidad y el dolor mediante escalas estandarizadas. Esto permite establecer un “circuito rápido de derivación” hacia la Clínica del Dolor (Servicio de Anestesia), garantizando una intervención oportuna para los pacientes que realmente la necesitan. Este modelo minimiza el uso de bloqueos o fármacos de segunda línea, favoreciendo en su lugar métodos no invasivos y personalizados. Adicionalmente, permite identificar a los pacientes que no requieren intervencionismo, pero sí un manejo integral a través de fisioterapia y farmacoterapia de primera línea.
Puesta en marcha
La implementación de este protocolo se basa en una colaboración activa y efectiva entre los Servicios de Anestesia, Rehabilitación y Traumatología. Los pacientes con sospecha o diagnóstico de SDRC son evaluados desde el primer contacto mediante escalas objetivas de dolor y funcionalidad, como la EVA (Escala Visual Analógica) y la QuickDASH, para realizar un diagnóstico preciso de la fase aguda. Posteriormente se añaden otras como DN4 y B-CPRS-BDS.
Desde la perspectiva de Rehabilitación, la experiencia ha evidenciado la importancia del seguimiento estrecho y proactivo de los pacientes con riesgo de desarrollar SDRC. Este enfoque permite una intervención precoz que minimiza el riesgo de secuelas permanentes. Por otro lado el haber establecido un sistema de monitorización estandarizado con escalas que evalúen distintas dimensiones del síndrome (tipos e intensidad del dolor, funcionalidad y alteraciones en la percepción corporal) permite a todo el equipo multidisciplinar que lleva al paciente, conocer la evolución del proceso en todo momento, permitiendo el adecuado manejo, tanto si se trata de casos de debut de SDRC, como SDRC que no evolucionan favorablemente; subsidiarios de descartar problemas ortopédicos que justifiquen la mala evolución o necesidad de control analgésico por terapia intervencionista.
El protocolo también ha establecido un circuito rápido de visitas regulares con controles mediante escalas, así como la derivación directa a Anestesia para casos de alto riesgo. Este enfoque ha demostrado su eficacia, mejorando la adherencia del paciente a las pautas de rehabilitación y reduciendo la necesidad de intervenciones agresivas e innecesarias. La experiencia muestra que este modelo favorece una recuperación funcional más eficiente y una mejor percepción por parte del paciente.
Impacto previsto
Impacto en salud: 3
Impacto socio-sanitario: 3
Impacto organizativo: 3
Impacto economico: 2
Impacto en los trabajadores: 3
Experiencia de usuario: 3
Resultados
Esperados
Recursos utilizados: Recursos materiales
¿Has utilizado indicadores de medición de resultados en tu experiencia?
Si. Escalas objetivas de dolor y funcionalidad, como la EVA (Escala Visual Analógica) y la QuickDASH, para realizar un diagnóstico preciso de la fase aguda. Posteriormente se añaden otras como DN4 y B-CPRS-BDS.
¿Lecciones aprendidas? ¿Cambios/mejoras importantes realizadas? ¿Logros? ¿Conclusiones?
Lecciones aprendidas
La experiencia con el protocolo ha permitido identificar varios aspectos clave que impactan de forma directa en la calidad de la atención y en los resultados de los pacientes:
1. Importancia de la monitorización continua: La aplicación de escalas de evaluación en cada visita permite al equipo multidisciplinar ajustar el tratamiento en función del progreso del paciente. Esta flexibilidad favorece una mayor eficacia en el manejo de la enfermedad.
2. Derivación temprana a la Clínica del Dolor: El acceso rápido al servicio de Anestesia ha reducido considerablemente la necesidad de realizar intervenciones tardías. Esta anticipación ha permitido la aplicación de tratamientos menos invasivos y ha mejorado la capacidad de respuesta ante la evolución desfavorable de algunos casos.
3. Acceso temprano a fisioterapia: La incorporación temprana de la rehabilitación ha demostrado ser esencial para la recuperación funcional. El acceso inmediato a la terapia física, junto con una estrategia de control del dolor adecuada, reduce la necesidad de fármacos de segunda línea y mejora la experiencia global del paciente.
4. Proactividad del paciente: El fomento de una actitud activa por parte del paciente es clave para la eficacia del protocolo. Se ha demostrado que los pacientes que asumen un papel activo en su proceso de recuperación logran mejores resultados funcionales y menos secuelas a largo plazo.
Es posible, un enfoque terapéutico multidisciplinar, precoz y centrado en el paciente, a partir de la monitorización multidimensional del síndrome, que favorezca un mejor resultado funcional y minimice secuelas a largo plazo.
Logros y conclusiones
La aplicación de este protocolo ha mejorado significativamente la calidad de vida y el pronóstico de los pacientes, reduciendo tanto la dependencia de procedimientos invasivos como la necesidad de medicamentos de segunda línea en la fase inicial. Las visitas regulares y el monitoreo constante mediante escalas de dolor, percepción y funcionalidad han demostrado ser métodos eficaces para identificar y corregir rápidamente cualquier desviación en el tratamiento. En conclusión, el enfoque ha resultado en una atención multidisciplinar optimizada que mejora la recuperación funcional del paciente y disminuye los riesgos que pueden asociar los tratamientos tardíos en el manejo del SDRC.
Propuestas de mejora
Para fortalecer aún más el protocolo, se propone integrar un psicólogo especializado en dolor crónico asociado a la implementación de instrucción de Mindfulness. Contar con técnicas y acompañamiento en el manejo emocional, así como herramientas de entrenamiento mental, potenciaría los buenos resultados del tratamiento físico y farmacológico, disminuyendo la intensidad del dolor y a la vez aumentando el bienestar percibido por nuestros pacientes. Asimismo, se sugiere implementar una mejora en el circuito de derivación rápida hacia Anestesia, con visitas regulares y el uso de escalas estandarizadas para evaluar la efectividad del tratamiento y ajustar las intervenciones. Estos cambios permitirían un seguimiento integral y personalizado de cada paciente, maximizando los beneficios del enfoque “NO HACER” en el manejo del SDRC y aplicable también a otras patologías con características similares.Observaciones
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Ficheros adjuntos





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